Esta noche fue una noche especial, una noche como pocos Martes. Hoy vimos una vez más e incrementada la fidelidad del Señor para con sus hijos, como dice nuestro pastor Carlos Umaña “Dios es bueno en todo tiempo y aún más”. El Señor tocó corazones en varios sentidos para recibir y dar bendición a todos los presentes; gracias al Señor el número de personas que llegan a nuestra reunión de oración ha ido creciendo, es tan bello ver cómo, a pesar de la lluvia y del cansancio, tantas personas nos acompañan y nos bendicen con su presencia cada martes, TODO te lo debemos a ti y la ti TODA LA GLORIA.
Gracias infinitas Señor, porque conmoviste nuestro espíritu y no podemos dejar de darte gracias por lo que hiciste esta noche porque sabemos que no fue nadie del equipo el que actuó, sabemos que fuiste tú el que hizo todo, el mensaje, el ágape, los corazones tocados, tocar los nuestros y hacernos llorar por tu inmenso amor, solo a ti sea la gloria y no podemos dejar de decir cuán grande es nuestro Dios.
Quien soy para Dios?
Esta fue la pregunta que se lanzó y las respuestas fueron múltiples: la niña de sus ojos, su hijo, su amado, su príncipe. Todas y cada una de esas respuestas son correctas.
Somos sus hijos amados, pues le hemos recibido en nuestro corazón, hemos aceptado el regalo de su salvación, hemos reconocido que somos pecadores y que el Señor por medio de su hijo Jesús nos hizo salvos, pagando precio de cruz (1- Corintios 6:20); y si tú, que lees esto, no has aceptado al Señor como tu salvador, te invito a que lo hagas, a que le digas a Dios que has pecado y recibes el regalo de su perdón y salvación, que deseas que él habite en tu corazón y sea tu salvador personal. Lee Juan 1:12 y Efesios 1:5.
El Señor nos escogió como sus hijos y su Hijo Jesús nos escogió como sus amigos (Juan 15:15) y coherederos junto con él.
Cuántas veces en nuestro diario andar recordamos nuestro pasado, nuestros pecados y se nos olvida que el Señor nos hizo justos, nos limpió (Romanos 5:1), que los pecados que ya nos fueron perdonados (Colosenses 1:14) están en el olvido y que si Dios no los recuerda, por qué empeñarnos en recoger una carga que ya nos fue quitada (Romanos 8:1-2, 33-34).
Ciertamente no somos perfectos, somos obras incompletas (Filipenses 1:6), somos pecadores, sin embargo, tenemos acceso directo al Padre (Efesios 2:18) ante el cual puedo presentar mi pecado y con arrepentimiento genuino ser limpiado, porque, aunque nos equivoquemos, nuestro Padre nos ama y no hay nada que podamos hacer o nada creado que nos separe de su inmenso amor (Romanos 8:35); no importa si hay prueba en nuestras vidas, si hay algo que vemos como negativo, no importa lo que pasemos, todo nos ayuda para bien cuando amamos al Señor (Romanos 8:28), no importa si la gente a nuestro alrededor nos ve raro y nos dicen cosas para desalentarnos, porque nosotros no actuamos conforme al mundo, y estamos de paso por esta tierra (Filipenses 3:20). En Cristo no sentimos temor en las pruebas por duras que puedan ser, porque el Señor nos ha llenado de su amor (2-Timoteo 1:17), porque nos ha ungido con su Espíritu (2-Corintios 1:21) y porque él nos guarda (Colosenses 3:3), porque en él somos más que vencedores.
Quien soy para Dios? Soy su más grande tesoro, soy su hijo, su hija, soy esa persona en la que el Señor vio tanto valor que envió a su único hijo a morir por mí (Juan 3:16).
Si aún tienes alguna duda de quién eres para Dios te invito a que entables una relación con él y descubras cuánto te ama y cuán importante eres para él.
Bendiciones y que el Señor te siga abrazando.
Att
Dios y MOVAE
Cuan Grande es Dios. Hillsong