martes, 31 de enero de 2012

Cuatro actitudes del corazón cuando vamos a orar

"Cuatro actitudes del corazón cuando vamos a orar" 
por Pas. Mario Castro

  1. Un corazón quebrantado: un corazón que clama y anhela a Dios, un corazón que realmente necesita de Dios. " El sacrificio que te agrada es un espíritu quebrantado;  tú, oh Dios, no desprecias al corazón quebrantado y arrepentido" Salmo 51:17 
  2. Un corazón que honra a Dios: alguien que respeta la palabra de Dios, que realmente escucha la voz de Dios; cuando no escuchamos muchas veces es porque no honramos la palabra de Dios. Cuando te sientes a leer la palabra piensa: " No soy yo quien lee, es Dios quien me habla".  "Así que no dejamos de dar gracias a Dios, porque al oír ustedes la palabra de Dios que les predicamos, la aceptaron no como palabra *humana sino como lo que realmente es, palabra de Dios, la cual actúa en ustedes los creyentes" 1-Tesalonicenses 2:13.
  3. Un corazón Limpio: un corazón que no se esconde, se entrega puro y Santo a Dios. No solo oir lo que nos gusta  sino leerlo todo. Puede venir delante de Dios y decirle, mira lo que hay en mi corazón, Dios ya lo sabe pero es tu actitud la que marca la diferencia. "Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, Y renueva un espíritu recto dentro de mí" Salmo 51: 10.
  4. Un corazón Obediente: Dios te habla en el momento en que realmente estás metido en la oración. "Y Samuel dijo: ¿Se complace Jehová tanto en los holocaustos y víctimas, como en que se obedezca a las palabras de Jehová? Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención que la grosura de los carneros" 1-Samuel 15:22.

¿Cuál es tu actitud?


"Oremos unos por los otros con un corazón dispuesto"

En esta fotografía: nuestro pastor Mario Castro, junto con los miembros del ministerio de oración, orando por las necesidades de nuestros amados que nos acompañan los martes en nuestra reunión.



Una hermosa canción para terminar con un momento de intimidad con nuestro Padre

martes, 15 de noviembre de 2011

Enfrentando Tormentas

Reflexión por Gaudy López Artavia

Cuántas veces hemos sentido que un huracán arremete contra nosotros y que no vamos a soportar más y cuando todo parecer haber terminado viene otra oleada que quiera acabar con todo, con las fuerzas que nos quedan?

Creo que muchas veces pasamos por situaciones que nos hacen dudar, por situaciones que nos lastiman y le decimos al Señor: qué pasa? Cuándo va a acabar esto? Y no puedo más, y viene un momento de calma, como para tomar nuevas fuerzas y cuándo nos damos cuenta otra vez el viento arrecia.

Este momento de quietud es como estar en el ojo de un huracán, buscando información encontré que el ojo del huracán es un espacio donde se puede ver al alrededor y hasta ver el cielo despejado e incluso un silencio abrumador, sin ráfagas de viento moviéndose, cuando leí esto me acordé de una película que se llama tornados, en que un grupo de investigadores persigue tornados buscando la forma de lanzar un máquina que les ayudará a prevenir futuros tornados, recuerdo que en una de las escenas donde más temor mostraban era ese momento de silencio, no sabían que iba a pasar; nosotros muchas veces nos sentimos en medio de ese huracán, viendo destrucción a nuestro alrededor, sin respuestas en un silencio absoluto. Que feo sentimos cuando no sabemos que hacer y nadie no dice nada, ni siquiera escuchamos la voz de Dios.

Ahora quiero que se formen otra imagen, esta vez de una tormenta en medio del desierto.

Las tormentas en el desierto o tormentas de arena, te quitan la visibilidad, te cuesta respirar, te puedes perder al no ver nada. Algunas son tan poderosas, que duran horas y horas, y pueden mover una montaña de arena, que tal vez era nuestro punto de referencia y así hacernos caminar en dirección contraria o que del todo nos de tanto miedo que decidamos perecer sin hacer ningún intento.

Cuántas veces hemos escuchado o dicho frases como esta: estoy pasando por un desierto, queriendo hacer referencia a un estado de sequía, sin detenernos a pensar que estar en un desierto es más que un lugar muy caliente de día, si no que también es un lugar de cambios abruptos de temperatura, donde hay tormentas, se sufre de deshidratación, alucinaciones, desubicación espacial y un montón de cosas más y muchas veces al decirlo como que nos centramos tanto en esa idea que más y más cosas nos pasan y como que no hacemos nada, decimos que estamos caminando pero no caemos de rodillas ante el Padre. O esta otra frase, estoy en medio de una tormenta. Todo para decir que estamos pasando por momento difíciles, por momentos en que dudamos en seguir confiando, tal vez estas pasando por un problema de salud, algo que te aqueja, que te preocupa, tal vez el médico te mandó a llamar por los resultados de una prueba que te hiciste y en eso estas, estas recobrando tu tranquilidad y de pronto te llaman de tu casa para decirte que tu papá perdió el conocimiento en medio de una crisis de pánico y que lo llevaron al hospital.

Parece que en tu vida las cosas nunca vienen solas como dicen en mi pueblo.

Tal vez se te presenta una problema en el trabajo y sientes temor de perderlo, y por tu mente pasan tus hijos, tu familia que dependen de tu salario, vez las cuentas de la escuela, del doctor, del teléfono, del carro y todos lo demás gastos que llegan sin falta a fin de mes.

O tal vez perdiste tu trabajo y pasan los meses y no encuentras otro, la comida en tu hogar es escasa y los recibos siguen llegando, vez a tu familia pasar necesidad y buscas y buscas, y lees la palabra donde dice que el Señor provee hasta para las aves en el campo y te preguntas Señor que esta pasando yo te busco y no veo tu respuesta.

Tal vez tu hija se fue de la casa y tu esposo te abandona y tu mundo se cae a pedazos.

Tal vez tus padres se separaron y tu no entiendes por qué.

O un familiar que amabas mucho muere.

Las personas en las que confiabas, tus amigos, tu familia, te fallan y sientes que estas sola.

Cuántos hemos pasado o estamos pasando por situaciones así?, que duelen en lo más profundo de nuestro corazón y lloramos y nos enojamos, sentimos que no podemos más, pensamos que no vamos a poder salir de allí. Creo que todos y es parte de nuestro andar.

En este punto es donde debemos hacer un alto, respirar y alejar de nuestra mente los pensamientos de temor, y analizar bien dónde está nuestra confianza.

Hay un par de pasajes en los evangelios que nos dicen como enfrentar las tormentas que es el punto principal de esta reflexión, estos pasajes los encontramos en mateo 7:24-27 y Lucas 6:46-49


Mateo 7: 24-27


24 "Por tanto, el que me oye y hace lo que yo digo, es como un hombre prudente que construyó su casa sobre la roca. 25 Vino la lluvia, crecieron los ríos y soplaron los vientos contra la casa; pero no cayó, porque tenía su base sobre la roca. 26 Pero el que me oye y no hace lo que yo digo, es como un tonto que construyó su casa sobre la arena. 27 Vino la lluvia, crecieron los ríos, soplaron los vientos y la casa se vino abajo. ¡Fue un gran desastre!"

Lucas 6: 46-49
 46 "¿Por qué me llaman ustedes, 'Señor, Señor', y no hacen lo que les digo?[a] 47 Voy a decirles a quién se parece el que viene a mí y me oye y hace lo que digo: 48 se parece a un hombre que para construir una casa cavó primero bien hondo, y puso la base sobre la roca. Cuando creció el río, el agua dio con fuerza contra la casa, pero ni moverla pudo, porque estaba bien construida. 49 Pero el que me oye y no hace lo que digo, se parece a un hombre que construyó su casa sobre la tierra y sin cimientos; y cuando el río creció y dio con fuerza contra ella, se derrumbó y quedó completamente destruida."

Dice que la casa que se construyó sobre la roca no hubo viento ni tormenta que la pudiera derribar, mientras que la casa sobre la arena no soportó nada.

Veamos más a fondo el pasaje en Lucas, hay tres puntos que me parece importante resaltar

1. Cavó bien hondo.

2. Puso la base sobre la roca.

3. El que viene a mí, me oye y hace lo que digo.


Qué quiere decir que cavemos bien hondo y que construyamos sobre la roca:

1. Cavar bien hondo: reconocer que en nuestro corazón hay cosas que están mal. Para hacer un hoyo hay que quitar la tierra que nos estorba.

2. Construir sobre la roca: poner nuestros cimientos sobre la roca, como bien lo dice el Rey David, Dios es nuestra roca, nuestra alto refugio. Así que para aguantar una tormenta hay que poner a Cristo como lo primero y actuar y construir en torno a él.


Así que para aguantar cualquier tormenta debemos:


1. Quitar lo que nos estorba y dejar que Cristo nos ayude a limpiar nuestra vida.

2. Ponga a Cristo como lo primero en su vida, toda su confianza en él.

3. Estudie su palabra, escúchele y ponga en acción lo que ha aprendido.


Busque estar en intimidad con él, él ha dicho clama a mí y yo responderé y que lo que pidamos en oración creyendo él nos lo concederá, así que pidámosle que nos ayude a estar en su presencia, a construir nuestra casa sobre la roca para que en nuestra vida se aplique proverbios 10:25 que dice “pasa el huracán pero el justo permanece”, pidámosle que nos ayude a cimentar nuestra vida en él para estar confiados que sin importar que pase, saldremos adelante con paz, confiados en él, aunque a nuestro alrededor hay caos.

La única manera es estar a sus pies, y no importará la prueba que tengamos en frente él siempre estará con nosotros y cuando te esté costando mucho has un alto y revisa como está tu relación con Dios, estás poniendo los cimientos de roca o estas poniendo cimientos de arena. Si piensas que estas bien, búscale con mayor intensidad, si ves que estas fallando búscale, y ten la certeza de que aunque no veas su mano en este momento él tiene el control de tu vida y no te va a dejar.

Recuerda que con él todo lo podemos como dice fil 4:13, pero que sin él ciertamente fracasaremos.



martes, 8 de noviembre de 2011

Jesús Pan de Vida

Jesús dijo: "yo soy el pan de vida, el que viene a mí no tendra hambre, el que cree en mí no tendrá sed" (Juan 6:35). Jésus conocía las intensiones de cada una de las personas que lo seguían, conocía que algunas personas solo lo buscaban para recibir un alimento físico, aunque fingieran buscarlo para escuchar sus enseñanzas.

Ahora preguntate, por qué buscas a Jesús, lo buscas solo para saciar tus necesidades?, para seguir a la multitud? estás caminando sin tener claro con quien caminas, sin volver a verle, sin decirle que necesitas de su compañía de su amor, porque tienes sed de su palabra, necesidad de sentir su amor y no solo para que sacié tus necesidades. El Señor dice, "busca primero el reino de Dios y su justicia y todo te será añadido" (Mateo 6:33), el Señor quiere que le busques, que tengas la bendición de tener una relación solida con él; como todo Padre amoroso él saciará tus necesidades y desea lo mejor para ti.

Preguntate cúal es el propósito de Dios en tu vida, si aún no lo sabes siéntate a dialogar con Dios y preguntale: Papito cuál es el propósito que tienes para mi vida en esta tierra? Ve más allá de la bendición, búscale, sube los escalones de la escalera que te acerca a Dios.

Cuando estas en una prueba cambia tu mentalidad a un pensamiento positivo, porque con Dios todo es para positivo por más dificil y duro que tus ojos los vean, tal y como dice Romanos 8:28.

Puedes decir que eres amigo de Dios? almuerzas con él? le hablas a Diario? chateas con él? tu corazón late por él? está en tu pensamiento? suspiras al pensar en su amor? Piensa cómo está tu relación con Jesús? Jesús lo que quiere es tener una relación contigo, él no necesita que le digas todo lo que necesitas, ya él lo sabe.

Muchas veces solo buscamos al Dios bombero, al que apaga los incendios de nuestras pruebas, un Dios 911, que solo en nuestras emergencias lo buscamos.

Te gustaría que tus amigos te busquen solo cuando necesitan algo de ti? no lo creo, te gustaría que tu pareja te dirija la palabra solo cuándo esta ahogado en deudas  y nunca te dijera que te ama? definitivamente no, pues a tu MEJOR amigo JESUS tampoco le gusta, él desea que pases con él todo el tiempo, desea que tengas tus ojos puestos en él y poder demostrarte segundo a segundo cuánto te ama.

Puedes dedicarle tus pensamientos, puedes darle tus minutos, tus palabras?
Hay una historia de un hombre que tenía una silla junto a su cama, una silla vacia y todas las mañanas y al terminar el día se sentaba frente a esa silla y comenzaba a hablar con ella, en voz alta, a contarle sus problemas, a decirle cuánto le ama. Muchos pudieron pensar que estaba mal de la cabeza, pero su corazón estaba lleno de regocijo, porque en esa silla lo esperaba su mejor amigo Jesús, y cuándo cayó de muerte, solitario en un hospital siempre estuvo esa silla a su lado; una enfermera se sintió triste al ver vacía esa silla y que nadie iba a visitarle, pero este hombre le dijo que su mejor amigo nunca se había ido de su lado.

Es Cristo el Rey de tu vida, puedes decir que Cristo vela tu sueño al lado de tu cama, que va a estar a tu lado el día que vayas con él eternamente?


Cuál es tu prioridad? tu trabajo? tu casa? tus estudios? el dinero? tu familia? tu mismo? o es Cristo? nuestro Padre debe ser el número uno en nuestra vida, él es el pan de vida, él nos llena, si comemos del pan que nos hace vivir nada nos hará falta, podemos buscarle  y saciarnos de su presencia y buscar día a día, segundo a segundo ese pan que llena nuestra alma de vida y así llegar al fin de nuestro andar por esta tierra y pasar a la vida eterna con la certeza de poder verle frente a frente y adorarle.

Comienza a ordenar tus prioridades!

Aprende a escuchar la voz de Dios, entre más cerca estés de él más le podrás sentir, más le podrás ver, entre más tiempo pases con él mejor le conocerás y mejor entenderás su propósito para ti.

Ardientemente desea tener una relación con Dios, tener una relación fuerte, inseparable, que como dice la palabra no haya nada que te pueda separar de su lado, ni ángeles, ni potestades, ni la vida ni la muerte, porque él nunca te va a dejar y desea que tu te abraces fuertemente a él todos los días de tu vida.

Mensaje por Mauricio Gonzalo








martes, 18 de octubre de 2011

El Perdón

Reflexión por Gaudy Lòpez Artavia
El Perdón

Déjenme compartir con ustedes una historia que leí en un blog en internet: El tema del día era resentimiento y el maestro nos había pedido que lleváramos papas y una bolsa de plástico. Ya en clase elegimos una papa por cada persona que guardábamos resentimiento. Escribimos su nombre en ella y la pusimos dentro de la bolsa. Algunas bolsas eran  realmente pesadas. El ejercicio consistía en que durante una semana lleváramos con nosotros a todos lados esa bolsa de papas. Naturalmente la condición de las papas se iba deteriorando con el tiempo. El fastidio de acarrear esa bolsa en todo momento me mostró claramente el peso espiritual que cargaba a diario y cómo, mientras ponía mi atención en ella para no olvidarla en ningún lado desatendía cosas que eran más importantes para mí” (blog Anónimo).
Cuántas veces llevamos una pesada bolsa de resentimiento en nuestra espalda y no vemos lo que nos estamos perdiendo, y en su lugar le echamos más y más peso? Creo que muchas veces nosotros mismos aumentamos el peso de la bolsa recordando constantemente lo que nos hirió y esto sin ningún beneficio.
El perdón es necesario cuando en nuestros corazones albergamos emociones negativas que van dañando nuestra vida, cuando guardamos resentimiento, enojo, ira, odio hacia una persona o hacia nosotros mismos.
Antes de hablar sobre el poder que tiene el perdón, quiero hablarles las consecuencias asociadas a no perdonar y a guardar y no expresar nuestras emociones negativas de una manera adecuada.
Desde la psicología se habla de enfermedades y síntomas psicosomáticos, qué quiere decir esto?, que existen enfermedades que se manifiestan a nivel físico pero cuyo origen es de índole emocional, yo me atrevo a incluir que algunas tienen su génesis a nivel espiritual.  Lo más común es hablar del estrés, de que tenemos los hombros tensos por estrés o una inflamación estomacal por estrés, si bien es cierto estos son síntomas del estrés no son las únicas consecuencias que una emoción negativa mal manejada puede tener. Por ejemplo cuando nos tragamos el enojo, albergamos resentimiento, ira y odio, nuestro corazón físico se puede ver afectado, al ir elevando nuestra presión arterial y con ello todos los padecimientos asociados. También pueden surgir ulceras, erupciones en la piel, cuadros asmáticos, alergias y dolores de cabeza, como cuando decimos que nos duele la cabeza por preocupación.
Cuando no perdonamos vamos albergando emociones negativas en nuestro corazón, las raíces de amargura se hacen más fuertes y crece el resentimiento; con un corazón resentido cualquier cosa que nos dañe causa una herida mayor; también nos volvemos iracundos y nos enojamos con mayor facilidad; podemos lastimar a las personas a nuestro alrededor “sin darnos cuenta” con nuestras palabras, con el modo en que respondemos y con los gestos que hacemos, usamos sarcasmos e ironías que dañan a las personas a nuestro alrededor y que al fin y al cabo también nos dañan a nosotros mismos, la gente se va alejando de nosotros, al igual que nuestra salud física que se va deteriorando aunque no lo asociemos a nuestras emociones.
Ahora quiero que en este momento se analicen ustedes mismos, piensen como están reaccionando antes sus emociones? Se las están guardando o las están expresando sanamente, es importante recalcar que expresar las emociones no significa que si estamos enojados vamos a gritarle a las personas y ser groseros, si no poder decir que se está enojado, tomarse un tiempo y luego ya calmados poder hablar y arreglar las diferencias. Y más importante que la pregunta anterior ¿Cómo reaccionamos ante un mal que alguien nos ha hecho con cierta intensionalidad? La mayoría de las veces desearíamos devolverle el mal que nos hizo, aunque esto nos dañe más a nosotros que ha ellos, porque llena nuestra vida de deseo de venganza y amargura. Esto sería una reacción natural, por ejemplo imagínense que puede desear un madre cuya hija fue secuestrada y asesinada al ver al culpable, mucho enojo, ira, ganas de hacer justicia por sus propias manos.
Que difícil poner la otra mejilla en casos así, o devolver mal con bien, como se nos dice en la palabra. Qué difícil perdonar cuándo nos han hecho un daño mayor, más cuando sabemos que el Señor nos mandó a perdonar hasta 70 veces 7. Creo que si el Señor no está en nuestras vidas, llenándonos de su Espíritu y de su Amor, perdonar es una tarea imposible.

Pero qué es perdonar exactamente? El diccionario Bíblico nos da algunas definiciones:

Liberar
Expiar
Ser indulgente
Conceder

Podríamos decir entonces que perdonar es “conceder libertad”, libertar tanto a la persona que nos hizo daño nos pida perdón o no, pero sobre todo liberar nuestro corazón de esa pesada carga que es el resentimiento.
En la Biblia hay un par de ejemplos sobre el poder que tiene el perdón para transformar las vidas de las personas, en los evangelios se nos cuenta la historia de un paralítico al que el perdón le cambió la vida,
Mateo 9:
1 Entonces, entrando Jesús en la barca, pasó al otro lado y vino a su ciudad.
    2 Y sucedió que le trajeron un paralítico, tendido sobre una cama; y al ver Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico: Ten ánimo, hijo; tus pecados te son perdonados.
    3 Entonces algunos de los escribas decían dentro de sí: Este blasfema.
    4 Y conociendo Jesús los pensamientos de ellos, dijo: ¿Por qué pensáis mal en vuestros corazones?
    5 Porque, ¿qué es más fácil, decir: Los pecados te son perdonados, o decir: Levántate y anda?
    6 Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados (dice entonces al paralítico): Levántate, toma tu cama, y vete a tu casa.
    7 Entonces él se levantó y se fue a su casa.
    8 Y la gente, al verlo, se maravilló y glorificó a Dios, que había dado tal potestad a los hombres.

En esta ocasión Jesús no sana directamente la afectación física de aquel paralítico, sino que lo libera de la carga espiritual que tenía, primero le dice tus pecados te son perdonados y luego le dice como sin mucho afán levántate y anda, este día la vida del paralítico fue completamente transformada,  volvió a caminar, pero lo más importante su corazón fue liberado, Jesús pudo haberle dicho levante y anda, sin perdonar sus pecados y probablemente la vida del paralítico no hubiese cambiado mucho, su corazón seguiría siendo el mismo, lleno de amargura y resentimiento.

Otro ejemplo es el la mujer que lavó los pies de Jesús, leemos en Lucas: 7 a partir del verso 36 lo siguiente:

 36 Uno de los fariseos rogó a Jesús que comiese con él. Y habiendo entrado en casa del fariseo, se sentó a la mesa.
    37 Entonces una mujer de la ciudad, que era pecadora, al saber que Jesús estaba a la mesa en casa del fariseo, trajo un frasco de alabastro con perfume;
    38 y estando detrás de él a sus pies, llorando, comenzó a regar con lágrimas sus pies, y los enjugaba con sus cabellos; y besaba sus pies, y los ungía con el perfume.(E)
    39 Cuando vio esto el fariseo que le había convidado, dijo para sí: Este, si fuera profeta, conocería quién y qué clase de mujer es la que le toca, que es pecadora.
    40 Entonces respondiendo Jesús, le dijo: Simón, una cosa tengo que decirte. Y él le dijo: Di, Maestro.
    41 Un acreedor tenía dos deudores: el uno le debía quinientos denarios, y el otro cincuenta;
    42 y no teniendo ellos con qué pagar, perdonó a ambos. Di, pues, ¿cuál de ellos le amará más?
    43 Respondiendo Simón, dijo: Pienso que aquel a quien perdonó más. Y él le dijo: Rectamente has juzgado.
    44 Y vuelto a la mujer, dijo a Simón: ¿Ves esta mujer? Entré en tu casa, y no me diste agua para mis pies; mas ésta ha regado mis pies con lágrimas, y los ha enjugado con sus cabellos.
    45 No me diste beso; mas ésta, desde que entré, no ha cesado de besar mis pies.
    46 No ungiste mi cabeza con aceite; mas ésta ha ungido con perfume mis pies.
    47 Por lo cual te digo que sus muchos pecados le son perdonados, porque amó mucho; mas aquel a quien se le perdona poco, poco ama.
    48 Y a ella le dijo: Tus pecados te son perdonados.
    49 Y los que estaban juntamente sentados a la mesa, comenzaron a decir entre sí: ¿Quién es éste, que también perdona pecados?
    50 Pero él dijo a la mujer: Tu fe te ha salvado, ve en paz.

Algunos dicen que esta mujer fue María la Magdalena, la misma que siguió a Jesús en su ministerio, la primera en ver el sepulcro vacío.  Yo la verdad no sé si esta mujer era María, Juana, Hipólita o como se llamara; lo que sé es que para esta mujer su vida cambió completamente, el maestro le mostró compasión y amor, algo que sus contemporáneos no podían sentir por ella, y la liberó de su pecado, el Señor perdonó todo lo malo que ella había hecho, pueden imaginarse cómo se sintió esta mujer al escuchar que era perdonada? Creo que los que hemos experimentado el poder del perdón en nuestras vidas podemos dar testimonio del cambio en nuestros mundos ligado a el perdón.

La pregunta acá es: Cómo hacemos para perdonar cuando nos cuesta tanto?
Estuve leyendo y revisando algunos artículos sobre el perdón bastante interesantes, provenientes de la psicología que me aportaron ideas muy útiles, claro ya todo eso está en la Biblia, pero me parece valioso rescatar que el perdón es tan importante que hasta una ciencia que a veces se pelea con lo espiritual reconoce el lugar del perdón en nuestras vidas. Observemos lo que nos dicen estos artículos:

Uno de los artículos dice lo siguiente:
“Los niños parecen tener corazones cálidos y abiertos al perdón. Por consiguiente, la educación al perdón es una posibilidad real para ellos”.

Ciertamente el Señor nos dice que seamos como niños, en parte es por esto, el perdón debe enseñarse desde pequeños y porque para un niño por la ternura y  limpieza de su corazón es más fácil perdonar. Cuántas veces hemos visto a un niño dejar de hablarle a otro por unos momentos porque está enojado, y al poco tiempo lo vemos jugando nuevamente con él como si no hubiese pasado nada.
También encontré que algunas características que algunos psicólogos asocian a la capacidad de perdonar son:
Amor: Perdonar es amar intensamente. El latín perdonare significa dar abundantemente.
Comprensión: es necesario comprender que cada uno necesita más amor del que “merece” en realidad, porque somos seres débiles y vulnerables en el fondo.
Generosidad: Perdonar exige un corazón misericordioso y generoso. Significa ir más allá de la justicia, principalmente en los casos en los que no se puede reparar el daño.
Humildad: hace falta prudencia y delicadeza para ver cómo mostrar al otro el perdón. Esperar el momento oportuno para poder expresar nuestro perdón, sin que la arrogancia se apodere de nosotros y hagamos sentir a la otra persona humillada.

si podemos atención todas estas son cosas que la palabra nos pide que hagamos, que amemos al prójimo como a nosotros mismos, que tengamos un corazón humilde, que demos a los que no tienen, que tengamos compasión y perdonemos.
También me encontré otro artículo sobre la terapia del perdón que habla sobre un itenario o una lista de cosas por hacer para lograr perdonar.
Las personas deben reconocer que han sido tratadas injustamente, reconocer humildemente que esto les ha supuesto un choque emocional y que están verdaderamente enfadadas.
Deben explorar lo que es perdón y lo que no es perdón. Perdonar es reducir el resentimiento y aumentar la benevolencia y el amor hacia alguien que ha sido injusto. Se puede perdonar aunque no se restaure la confianza rota ni una relación, perdonar no es lo mismo que volver todo como antes.
Perdón cognitivo, declarar para nosotros que la persona que nos hizo daño ha sido perdonada aunque no podamos expresarlo a esa persona, es liberarnos nosotros mismos de esa carga. Convencernos de perdonar.
Perdón Emocional: la apertura de uno mismo a la compasión y al amor hacia este hijo de Dios que te ha golpeado. Esto es difícil y puede llevar su tiempo.
Soportar el dolor: Quien perdona no puede hacer que el reloj vuelva atrás y deshacer el daño, pero puede tomar la valiente decisión de aceptar el dolor y ser un instrumento de bien para el ofensor.



Ahora recapitulando:
El perdón es un acto de amor y compasión que nos libera a nosotros mismos de la pesada carga del resentimiento.
Para perdonar es necesario estar lleno del Espíritu Santo porque él es el único que puede ayudarnos a ser compasivos, generosos y humildes, el único que puede enseñarnos a amar como solo él ama.
El perdón es un proceso y como todo proceso lleva su tiempo, puede que podamos perdonar de inmediato o nos podemos llevar días perdonando.
Perdonar no significa olvidar sino ya no sentir dolor y amargura por la persona que nos ofendió, sino significa ver a Dios en la persona que nos hirió.
Perdonar es una decisión, una decisión que es necesario tomemos todos los días.




martes, 13 de septiembre de 2011

Transmisión en Vivo

Sígamos cada martes al ser las 7:30 pm, hora de Costa Rica (-6 GMT), en transmisión en vivo através de vidadeleste.org


martes, 16 de agosto de 2011

OBediciencia




Qué significa obedecer?

El verbo heb. sama> bƒ que significa  “escuchar a”. en el NT se utiliza  un verbo  compuesto que también significa “oír”.

Según el diccionario bíblico “La obediencia cristiana significa imitar a Dios en santidad, y a Cristo en humildad y amor”.

Entonces el obedecer a Dios significa escuchar a Dios y actuar conforme a lo que hemos escuchado de él, a través de su palabra y sus revelaciones.

Este es un tema del cual hemos escuchado hablar bastantes veces y con múltiples ejemplos de personajes históricos como Abraham, Noel, Samuel, Jesús. Al ver todos estos ejemplos me hace pensar en qué está detrás de la obediencia.

Qué motiva nuestra obediencia?

El temor? El miedo al castigo, a las consecuencias? Sentirnos fuertes? Orgullo?
Según el diccionario bíblico lo que nos motiva a obedecer es la gratitud por la gracia recibida.

Probablemente todas estas motivaciones son ciertas y la vivimos con constancia, sin embargo el principal motivo de nuestra obediencia debe ser siempre el amor, nuestro amor por el Padre.

Si fuera posible tener más información de la vida de Abraham probablemente llegaríamos a la conclusión de que él iba a dar a su hijo Isaac en sacrificio porque su amor por Dios era aún mayor que el amor por su hijo, fruto de esa promesa por la que esperó tantos años.

En el caso de Noé, probablemente su amor por Dios era tal que  no le importaba que lo llamaran loco, me lo puedo imaginar yendo al bosque con sus hijos a buscar madera para construir el arca, con una sonrisa en su rostro, una sonrisa de un enamorado pensando en su amada.

Se pueden también imaginar el gran amor a Dios que tuvo María, no le importó arriesgar su vida, su reputación y todo lo que tenía, por ser fiel y traer al mundo al hijo de Dios, simplemente un amor incomparable.

Muchos otros ejemplos de obediencia por amor podríamos encontrar pero ninguno tan grande ni tan claro como el mismo Jesús. Jesús en uno de sus discursos nos dice claramente que si amamos al Padre le obedeceremos. Si nos vamos al evangelio según Juan, en el capítulo 14, mientras Jesús habla con sus discípulos, estando a punto de ser entregado, dice varias veces que obedecerle es amarle, en el verso 15 que dice:
15 si ustedes me aman, obedecerán mis mandamientos

Más adelante en el mismo capítulo (Juan 14: 22-23) dice:
 Judas (no el Iscariote) le preguntó:
Señor ¿por qué vas a mostrarte a nosotros y no a la gente del mundo?
23 Jesús le contestó:
 el que me ama hace caso de mi palabra; y mi Padre lo amará, y mi Padre y yo vendremos a vivir con él.

Y una vez más en ese capítulo Jesús dice que el obedece porque ama al Padre, aunque eso implicara perder su vida, sabemos que Jesús sufrió y pidió de ser posible no pasar por la cruz, sin embargo por amor obedeció.

Lo podemos leer en Juan 14: 30-31
30-31 “ya no hablaré mucho con ustedes, porque viene el que manda en este mundo. Aunque no tiene ningún poder sobre mí, 31 así tiene que ser, para que el mundo sepa que yo amo a mi Padre y que hago lo que él me ha mandado” levántense. Vámonos de aquí.

Por lo general cuando se repite una frase, una consigna en un espacio corto de tiempo es porque es algo importante y a lo que queremos darle énfasis, el obedecer por amor es algo realmente importante y algo que facilita nuestras pruebas sin duda.

Quiero que hagamos una pausa en este momento, quiero que dicho esto te preguntes qué motiva tu obediencia?  Yo de confesar que no siempre es por amor, muchas veces es por un deber más que por un querer.

Cuando me detuve para hacerme este examen entendí algunas cosas, tal vez ustedes ya las sepan, si no pues que dicha aprendemos juntos. 

Me di cuenta que cuando hago la voluntad de Dios por un debo hay como un esfuerzo extra, algo que me cansa, que me carga, muchas veces me siento débil para obedecer y en mi humanidad reniego de la prueba que tengo al frente, otras veces recuerdo que “ Dios se gloria en nuestra debilidades” ( 2 corintios 12: 9) y salgo avante con mayor facilidad, sin embargo ahora que he entendido que mi obediencia debe ser motivada por mi amor al Señor el hacer la voluntad de Dios se me ha vuelto más sencillo y con un corazón más alegre, he entendido que mi obediencia es un regalo, un detalle que preparo para mi amado, una forma de demostrarle cuanto le amo, como cuando le hacemos una tarjeta a nuestra mamá o compramos un regalo para un amigo; de igual manera mi obediencia es una muestra para mi Padre de cuánto lo amo. Antes no entendía por qué se me hacía tan pesado obedecer algunas veces si el Señor dice que su carga es ligera (MATEO 11: 30) y es justo por eso porque no siempre lo hago por amor.

Pueden estar diciendo en este momento, que bonito suena, pero a la hora de la hora no es tan fácil como hacer una tarjeta, y ciertamente resistir la tentación y hacer lo correcto no siempre va a ser sencillo. De sobra sabemos que pasaremos pruebas, aflicciones y algunos incluso muerte por el nombre de Dios, sin embargo incluso eso lo pasaremos por amor, el amor todo lo soporta, bien lo dice Pablo ( 1-cor 13:4-7)

“ 4El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; 5no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; 6no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. 7Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.[1]

Después de ver la relación de mi obediencia con el amor por el Padre entendí por qué el Señor nos pide le amemos sobre todas las cosas, cuando le amamos de esta forma somos capaces de renunciar a lo que sea, somos capaces de convertirnos en super hombres y super mujeres y salir adelante, con tropezones y raspones a veces, pero siempre con la mira en la meta sobre el camino correcto y entender lo que dice en  1-Juan 5:3 

“en esto consiste el amor a Dios: en que obedezcamos sus mandamientos y estos no son difíciles de cumplir”
Reflexiòn por: Gaudy Lòpez, Ministerio de Oraciòn, Vida Abundante del Este




[1]Reina Valera Revisada (1960), (Estados Unidos de América: Sociedades Bíblicas Unidas) 1998.

martes, 26 de julio de 2011

La Santidad

Hay que diferenciar, santidad de santo

Santo significa que somos apartados, cuando aceptamos a Cristo en nuestro corazón, nos volvemos sus hijos, un pueblo apartado.

Galatas 5:22 habla del fruto del Espiritu, segun muchos estudiosos esta es la descripción de la personalidad de Cristo, si nos hacemos  llamar cristianos debemos imitarle y buscar su caracter. Vemos dos caras de la misma modena, los frutos de la carne, los frutos del Espíritu, los que debemos procurar.


Si sabemos que Jesus tiene cualidades tan bellas debemos buscar tenerlas nosotros tambíen.

La palabra nos llama a la santidad, a examinarnos a la luz de la palabra día con día, tenemos el llamado a ser diferentes, a dejar una huella que nos distinga, una huella llamada santidad en nuestras vidas.

Cuando estamos en momentos dificiles muchas veces se nos olvida lo que hemos aprendido en la palabra porque no la hemos hecho el tesoro de nuestro corazón.

Cristo amó a su iglesia de igual manera debemos amar a nuestras a familias y a nuestra iglesia. Unidos por amor, sin hacer nada por egoísmo ni vanidad, velando por el bienestar del otro.

Todos los días debemos preguntarnos que haría Cristo, como trataría Cristo esta situación, esta persona.

Si no nos preocupamos por estar delante de Dios no vamos a entender el concepto real de santidad. Si no llevamos ante él nuestras debilidades, si no nos relacionamos con los demás nos será dificil, sino imposible, entender este concepto.

Solo relacionandonos con otros podremos entender el amor perfecto del Señor, ese amor que todo lo perdona, que todo lo soporta.

Pablo, en su santidad, reconocía que no era perfecto, pero su meta era ser como el Señor Jesús (Filipenses 3:13) y cada día se proponía como meta acercarse a su meta, proseguía en su meta; esa fue la huella de Pablo.


Tómate unos minutos para hablar con Dios:

Pidale al Señor que él cresca en ti y que tu orgullo y todo aquello que pone un muro entre tú y él disminuya, entrega todo eso que te pone peso de más, dile al Señor que todo lo que eres se lo entregas a él.




Dile al Señor que toma mi corazón, es tuyo, te lo ofrezco como una ofrenda, que mi vida sea agradable a ti, que día a día pueda reflejar tu luz y dejar la huella de tu santidad en este mundo.


Pidele que su santidad te envuelva  y ayude a ser más como él a diario, con tu vida con cada paso y respiro, que en medio de tus tormentas puedas sentir el abrazo de tu padre que ama con cada particula de su ser, con su sublime majestad te ama, con la inmensidad de su gloria te ama y desea que seas como él, desea que confíes en él, que no temas, puedes sentir miedo ante las circunstancias, es parte de tu naturaleza, pero ten siempre la certeza de que tu PAdre que te ama y se hizo hombre de carne y hueso está a tu lado y nunca te va a abandonar.



No importa la prueba por dificil que sea, no importa el problema, la enfermedad, la circunstancia en la que te encuentres, para tu Dios no hay imposibles y si fuera así él haría hasta lo imposible porque tu corazón esté en paz y confiado en él.

Nunca olvides que te ama tanto que dio a su hijo por ti.


Que el Señor te siga abrazando fuertemente.