¿Cómo tener propósitos que agraden a Dios?
“Deléitate asimismo en Jehová”, así lo dice el Salmo 37: 4; el vocablo Deleitate se traduce del hebreo anág que significa ser maleable; la maleabilidad es una característica del metal que lo hace manejable y moldeable; aplicado a la vida cristiana, quien se deleita en el Señor es maleable, dócil, suave, fácil de moldear, no se resiste a la formación y no se rompe, no se cuartea ni se desdibuja mientras Dios trabaja en él para formarlo a la imagen de Cristo Jesús.
Un verdadero discípulo se deja moldear por el Señor –se deleita—para que él cumpla sus propósitos, sus deseos y sus planes. Es entonces cuando Dios nos forma a su imagen y nuestro corazón se funde con el suyo, se vuelve uno con él…así que nuestros deseos ahora son los suyos.
Si entendemos que sus deseos son mejores que los nuestros y que los nuestros tienden a ser superficiales, vacíos, terrenales, insensatos, definitivamente desearemos hacer realidad sus deseos.
Nuestro propósito de año nuevo debería ser parecernos a más a Cristo y desear que nuestro mayor deseo ser hacer realidad el deseo de Dios.
Reflexión derivada
Conmigo bueno él ha sido; ha movido montañas, enfermedad, problemas, por qué? Porque para Dios la palabra imposible y difícil no existen, nosotros mismos nos ponemos muchas barreras, si tan solo pudieras creerle más, nuestra vida sería más sencilla, no nos preocuparíamos en medio de nuestras pruebas, en nuestro dolor nos regocijaríamos al ver como el Señor nos sana.
Jehová cumplirá su propósito en mí; él cumplirá lo que se propuso, nosotros necesitamos oir y obedecer, tú no necesitas saber el propósito de Dios para obedecerle y hacer su voluntad, solo necesitas eso, oír la voz de Dios.
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